Los tableros en blanco, troquelados como rompecabezas, abren la posibilidad de crear piezas únicas y originales. Cada uno representará a su manera, con su gestualidad, según sus impulsos interiores, y podrá crear su propia obra. Y, más todavía, después jugará con ella, desarmando, mezclando, compartiendo con amigos para volver a armar.
El libro que acompaña a los tableros es también un juego. Los dibujos esconden las respuestas a las adivinanzas en rima. Algunos podrán usarlas como punto de partida para los dibujos, otros dibujarán lo que más les plazca.
Un juego abierto en posibilidades, que incentiva la creatividad, la expresión y la fantasía.